Tiempo atrás, escribí un artículo bajo el título “la tan esperada transformación del sector legal”. Hablé acerca de ciertos cambios que se vienen dando en el mundo del derecho, los cuales nos permiten afirmar que, finalmente, la profesión está empezando a transformarse. Sin embargo, creo importante aclarar, que, si bien hay aires de cambio, ciertamente estos no se están dando, o al menos no se venían dando, al ritmo que requiere un mercado tan dinámico como el actual. Por ello, el título “Abogacía 2.0.” Me pareció que retrata perfectamente el progreso de la profesión en lo que respecta a tecnología e innovación, especialmente en regiones como Latinoamérica. A diferencia de programas de software como Microsoft, o herramientas de hardware como el tan cotizado iPhone, que avanzan rápidamente y evolucionan a través de versiones cada vez más sofisticadas, me atrevo a decir que la abogacía, a lo mucho, está en su versión 2.0.
La Pandemia & ChatGPT
Hay dos eventos recientes que, en mi opinión, aceleraron el proceso de cambio y dinamizaron el sector:
- La pandemia. Fue el primer llamado de atención. La virtualidad nos obligó a replantear muchas de las reglas de juego. La presencialidad y el estar en la oficina en un horario fijo, de pronto, ya no eran factores indispensables para garantizar que un abogado sea productivo. También, fuimos obligados a integrar la tecnología en nuestro día a día.
- ChatGPT. De la noche a la mañana todo cambió, no obstante, pareciera que al igual que el resto de los profesionales del mundo, los abogados aún estamos en proceso de interiorizar el cambio. En el 2022, Open AI lanzó ChatGPT, una herramienta tan potente y revolucionaria, como para cambiar la forma en como ejercemos la profesión: la investigación, el análisis, la preparación de documentos, hasta la forma en como interactuamos con el cliente.
¿Qué paso con la salida de ChatGPT?
A pesar de que venía siguiendo de cerca el fenómeno de ChatGPT, realmente no había dimensionado el impacto que la inteligencia artificial generativa pueda llegar a tener, y que ya está teniendo en el sector legal, hasta que tuve la oportunidad de participar en ILTACON, el evento estrella de la Asociación Internacional de Legaltech ILTA, por sus siglas en inglés. El enfoque de la conferencia del 2022, en comparación con la del 2023, fue totalmente distinto. Sin duda, el tema principal fueron plataformas de IA como ChatGPT. Hay muchísima expectativa sobre lo que va a pasar. Por un lado, ciertos jugadores han tomado una posición agresiva, como la consultora Thomson Reuters, que tiene presupuestado invertir $100 millones de dólares en investigaciones sobre Inteligencia Artificial. También hay firmas y empresas con posiciones más cautas, que prefieren esperar a ver como se desarrolla el mercado antes de invertir. Lo que nadie se cuestiona, es que las reglas del juego cambiaron con la IA generativa, y que se vienen cambios drásticos para la profesión.
Impacto de la IA en el Sector Legal
Es previsible que la inteligencia artificial impacte las tareas básicas de un abogado, como lo son la investigación, el análisis, y la redacción de documentos, que son la columna vertebral de su día a día. Lo que todavía no está tan claro, es de qué forma afectará a los diferentes jugadores del sector, como las firmas, los departamentos legales internos o “Inhouse”, la academia, y sus dinámicas de negocio.
- Investigación. La IA sin duda cambiará todo el proceso de investigación. Ahora, en segundos, es posible obtener respuestas curadas, con referencias a las fuentes, sobre un punto específico.
- Análisis legal. Con herramientas como ChatGPT se pueden pedir sugerencias, o comentarios, sobre cierta información. Un análisis que bien podría tomarle horas a un abogado, ahora se puede hacer en segundos.
- Redacción. Rápidamente, ChatGPT puede generar todo tipo de documentos, especialmente si son sencillos; por ejemplo, contratos, cartas, escritos, etc.
Si bien creo que aún es pronto para definir con exactitud de qué forma impactará la IA, el negocio de los servicios trato de hacer algunas proyecciones:
Bufetes & Departamentos legales internos (“Inhouse”). A pesar de que las dinámicas de trabajo y la estructura de un bufete y un departamento legal de empresa son distintitos, pienso que existen ciertas similitudes en cuanto a la forma en como la IA podría afectarlos:
- Ingresos vs Presupuestos Inhouse. Asumiendo que las plataformas de IA empiecen a asumir un rol cada vez más predominante en el ejercicio de ciertas tareas que hoy son propias de un abogado, las firmas podrían ver una disminución importante en sus ingresos. También, los departamentos legales Inhouse, podrían encontrarse frente a un reto importante para justificar sus presupuestos, especialmente en aquellos casos en los que se proyecte un aumento para contratar personal o firmas externas, pues lo esperable es que procuren un mayor uso de la tecnología, sobre todo para casos y tareas repetitivas o que requieran menor especialización.
- Rediseño de roles y perfiles. Si bien plataformas como ChatGPT pueden asumir tareas que usualmente son realizadas por personal con menos experiencia, como abogado junior o asistentes, la IA aún no reemplaza la experiencia y profundidad del pensamiento crítico de un abogado. Por ello, los roles y perfiles en las organizaciones legales podrían invertirse. En lugar de tener pocos perfiles de mayor experiencia, como socios, y más abogado junior dando soporte, como ocurre hoy, podríamos migrar hacia un modelo con más o la misma cantidad de personal senior, apoyándose en un grupo reducido de profesionales junior y asistentes, y sobre todo, utilizando más herramientas tecnológicas. Lo anterior, a su vez, hará que, especialmente las firmas, se vuelvan organizaciones multidisciplinarias con toda una diversidad de profesionales, incluyendo abogados, obviamente, pero también programadores, técnicos de IT, ingenieros de procesos, entre otros.
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- Segmentación de servicios. Veremos una segmentación de servicios entre aquellos que se consideran sofisticados o de alto valor agregado, versus tareas repetitivas de rutina. En los primeros, seguirá predominando el abogado, sobre todo aquellos con un perfil senior, pues se requiere de su lógica y experiencia. En el caso de las tareas de poco valor agregado, es esperable que cada vez se automaticen más.
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- Cambio cultural. Las organizaciones legales que no se monten en esta ola de cambio, y abracen el uso de la tecnología, no van a poder competir con aquellas que, si lo hacen, por diversas razones: tiempos de respuesta, eficiencias en los flujos de trabajo, seguridad de la información etc. Tendrán que ser más tecnológicas, más eficientes, con protocolos y procesos debidamente estructurados, pero sobre todo resilientes y capaces de adaptarse a los cambios a nivel tecnológico que vendrán, cada vez con mayor rapidez.
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- Rediseño de procesos. Aquí entra a jugar otra práctica que está ganando mucha tracción en el sector legal, como lo es operaciones legales. Las firmas y los departamentos legales Inhouse necesitarán de procesos ágiles y estructurados, para interactuar con la tecnología. Además, protocolos estrictos que regulen su uso. Recordemos que los abogados trabajan con información muy sensible de sus clientes, y que plataformas de IA como ChatGPT son de uso abierto. Es indispensable definir a nivel organizacional como interactuar con la IA, y qué tipo de información se puede compartir y cuál no.
- Academia. En la Academia, lejos oponerse al uso de inteligencia artificial por parte de los estudiantes, pareciera lógico esperar que las universidades busquen adaptar su oferta curricular a las nuevas tendencias, y en algún momento incorporen metodologías de enseñanza innovadoras, que eduquen a los futuros abogados en el uso de herramientas IA, y a cómo utilizarlas eficientemente en su proceso de aprendizaje.
Calma, los abogados no vamos a desaparecer
Cuando se habla de Inteligencia Artificial y su impacto, hay posiciones encontradas, desde el más alarmista, que apuestan a que la IA va a destruir muchísimos empleos y que los abogados, y otros profesionales, vamos a desaparecer. Otras, más positivas, prefieren pensar que las profesiones se transformarán, y que si bien, muchos trabajos dejaran de existir, también surgirán nuevos roles y funciones. Yo me inclino por la posición positiva, y es hay que entender que si bien, la IA definitivamente va a impactar muchos ámbitos de nuestras vidas, esta se alimenta de la data que nosotros le damos. Ya lo vimos en casos como Mata vs. Avianca, en el que un pasajero que fue golpeado durante un vuelo con el carrito de comida sufre una lesión en una de sus rodillas. A raíz de ello, demanda a la aerolínea. El abogado que representaba a Avianca le pregunta a ChatGPT por casos similares, a lo cual, la plataforma responde con varios antecedentes. El abogado, muy confiado, prepara su escrito de contestación y cita todos los casos citados por ChatGPT, con el problema de que todos eran inventados. Este es un claro ejemplo de cómo la IA, si bien constituye una herramienta muy potente, capaz de ayudarnos en nuestro día a día, no sustituye el razonamiento de un abogado.
Estamos en un momento histórico, en el que se vienen grandes cambios para la sociedad, y muchos retos para la profesión legal, pero a la vez estamos frente a una oportunidad única para replantear la forma en como hemos venido haciendo las cosas. Herramientas como ChatGPT no vienen a reemplazarnos, sino a quitarnos de encima tareas repetitivas o de poco valor agregado, de manera tal que podamos enfocarnos en aquello para lo cual realmente fuimos entrenados, el análisis y al estudio del derecho.